Brasil 2014 era del Topo López, entrañable periodista que murió en la madrugada del miércoles, a horas de la semifinal entre Argentina y Holanda.

Desde chiquito, épocas de Maradona, después de Maradona y Caniggia, después de Maradona, Caniggia y Batistuta, soñaba con llegar a una final. Llegar con ellos, con otros, pero llegar. Jugarla.

Porque cuando la Selección llega a una final, llegamos todos. Se nota, se siente en las caras, en las calles que ayer, anoche, se vistieron de fiesta patria en un 9 de julio cargado de emociones.

Lloré mucho ayer, pero no pude compartir una alegría que me era ajena. En Brasil, mientras trabajaba cubriendo los avatares de este Mundial, murió Jorge López, entrañable y ahora extrañable personaje, un periodista de raza, un tipo querible y querido, con quien compartí más de una década de trabajo en el diario Olé.

El Topo, así le dijeron un día y se autoproclamó el resto del tiempo, sufrió en su cuerpo la locura del tránsito paulista. El taxi en el que viajaba fue chocado por otro auto en el que unos delincuentes escapaban después de robar el vehículo.

Una locura. Un dolor inmenso que muchos sufrimos en el alma.

Argentina está en la final, y el Topo no. Y es sumamente injusto.

El Topo casi que descubrió periodísticamente a Messi, o al menos lo llevó a ser conocido por todos nosotros. Lo acompañó en sus primeros años en Barcelona, conoció a toda su familia, fue el nexo que muchos tuvimos para llegar hasta Leo alguna vez.

Gracias al Topo lo entrevisté dos veces, para dos trabajos distintos.

Gracias al Topo entendí que cuando uno está buscando una información no hay que bajar los brazos. Siempre hay que seguir los instintos. Eso somos los periodistas, una raza de gente extraña que va hurgando por ahí para comprobar instintos.

El Topo era de los mejores en eso. No se cansaba nunca. Enseñaba sin darse cuenta. Aprendimos sin darnos cuenta.

Y era adorable. Divertido, compañero, buena onda.

Tenía contacto con todos los jugadores que uno podía admirar, y no se la creía. Tenía la llave para abrir casi todas las puertas y nunca la dejaba cerrada para los otros, para nosotros.

Me reventó la noticia, tanto que miré el partido sin verlo, sin sentirlo. Recién hoy me enteré de que fue Maxi Rodríguez quien metió el último penal. Y sigo sin disfrutarlo. ¿Importa?

Hay corporativismo en la prensa, como en muchas actividades profesionales, pero esta partida del Topo nos lastima a todos de verdad, los que lo conocimos mucho, bastante o poco, incluso a los protagonistas que él hacía más protagonistas.

Lo adoraba Messi, lo reconocía Sabella, lo atendían las viejas estrellas de River (Ortega, Gallardo, Saviola, Francescoli), otras internacionales, y lo respetaban los dirigentes.

Entre los periodistas siempre fue el Topo. No Jorge, ni López. El Topo.

Nos sorprendía con anécdotas, chismes, rumores, locuras, bromas. Jodía, siempre jodía. Nos hablaba de sus hijos. Nos mostraba fotos. Los amaba.

Conviví más de una década con él en Olé, la mitad de esos años cubriendo River. No era mi amigo, no podría decir eso. Fue un periodista amigo, con el que durante un tiempo compartí la rutina, y el resto del tiempo el afecto mútuo.

Él era un año mayor, pero siempre me trató a mí como el grande, mientras él disfrutaba de su adolescencia sin fin. Tengo tantos recuerdos, tantas anécdotas que afloran, que podría escribir sin parar hasta el próximo Mundial.

Sé que éste, Brasil 2014, era el suyo. Su esperanza máxima de ver a Argentina campeón, a Messi figura, levantando la Copa. Imagino ese final y veo al Topo al lado de Leo, en una foto íntima en el vestuario, en su imagen de perfil, en el fondo de pantalla de su computadora.

Veo a Messi, ahora, y veo al Topo. Y mientras el país festeja y llora de alegría no puedo más que llorar porque no lo está disfrutando, ni él ni su familia, ni sus amigos, ni sus compañeros, ni los que lo queremos mucho.

Y prefiero pensar que se fue porque lo convocaron a jugar en algún lado, otro Mundial, su Mundial, porque éste ya lo tiene a Messi y él también quería la copa. Ojalá salga campeón.

 

Nota publicada en el sitio Goal.com el 10 de julio de 2014.